Remo Doble par Masculino
Ambos integran el
bote más fuerte del seleccionado; con una técnica especial de remada se
aseguraron el pasaje a Londres 2012 y aspiran a entreverarse con los candidatos
del doble par.
Crearon una
maquinaria perfecta de relojería. Una sincronización para volar sobre el agua
con todos los sentidos alerta. El doble par que conforman Cristian Rosso y
Ariel Suárez es el bote más poderoso de que dispone hoy el remo argentino. La
póliza de garantía es la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres
2012, asegurada en agosto pasado en Bled (Eslovenia), y la medalla dorada en
los Panamericanos de Guadalajara, en la laguna Zapotlan de Ciudad Guzmán. Para
redondear un año ideal, anteanoche fueron galardonados con el Olimpia de
Plata.
Rosso tiene 27 años,
es abogado y representa al club Atlantis de Mar del Plata. Suárez, de 31,
estudia la Licenciatura en Nutrición y es remero de Teutonia (Tigre). La unión
nació del mismo instinto superador y debido a esa necesidad de traccionar como
dos engranajes que encajan justo. El artífice fue Guillermo Pfaab, que decidió
juntar a estos dos ex singlistas para armar un único bote. Este año, el
entrenador del seleccionado estableció el contacto para que el binomio se
entrenase durante tres semanas en Lyon con la selección de Francia, y allí
aprendieron en pos de corregir errores. Fue como un clic.
"Los franceses
trabajan con un mismo sistema desde hace 20 años, que consiste en remar con más
técnica y menos fuerza. Todos reman igual, con la misma idea y plan de
entrenamiento. Eso hace que a la hora de juntarse, los remeros tengan el mismo
estilo de remada en la cabeza y se acoplen fácil, por más que provengan de
distintos clubes", explica Suárez, que refuerza el concepto de tomar un
modelo exitoso y buscar luego una identidad. "La Argentina no tiene los
medios ni el dinero suficientes para inventar hoy un sistema. Además, cada
entrenador tiene su librito y su forma de ver esta disciplina; en cada uno de nuestros
clubes se rema diferente. Sucede que cuanto más grande es el bote, más difícil
es acoplar a sus remeros. En Europa, en cambio, están adelantados años luz.
Entonces, lo mejor que podemos hacer es copiar. Una vez que imitemos y
obtengamos resultados, le agregaremos un toque argentino. Mientras tanto, lo
más conveniente es adoptar la técnica de un país donde funcionó".
Rosso asiente y
apunta: "El sistema que aprendimos es muy simple: vos lo cumplís
concentrado y ya está, te olvidás. Tenés la confianza de que va a funcionar. Es
una cadena: si falla algo, falla todo. Se conjugan la técnica con lo físico y
lo mental. Acá vivimos mucho más al límite porque estás muy pendiente de si
estás haciendo las cosas bien o no, y no tenés a alguien que te guíe y te dé tranquilidad.
En esas semanas en Francia nos vieron y nos corrigieron algunas cosas, nos
dieron la confianza para correr. Ahora remamos más relajados y se nota que el
bote va mucho mejor".
Nueva Zelanda es dos veces campeón del
mundo; Australia, el campeón olímpico; Inglaterra, el local, y además acechan
Francia y Alemania. Esos cinco países serán los que seguramente pelearán las
medallas del doble par en Londres 2012. "Tenemos que tratar de sumarnos a
ese pelotón, figuramos un cachito por detrás de ellos,
en otro grupo de cinco países. Si mejoramos esos dos o tres segundos llegaremos
al pelotón de arriba, si empeoramos quedaremos afuera. Estamos con muchas ganas
de progresar", augura Rosso. "Nosotros estamos en la puerta, falta
abrirla y entrar, nomás, esa sensación nos da más confianza de hacer un buen
papel en los Juegos. Todavía se puede evolucionar física y mentalmente",
sueña Suárez.
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